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Unción de enfermos

La enfermedad y el sufrimiento son dos de los problemas más graves que padece el ser humano. Cuando nos llegan, experimentamos en nuestra propia carne nuestra limitación e impotencia. A veces nos conducen a la angustia y la desesperación, incluso a la rebeldía contra Dios. 

El sacramento de la Unción de los Enfermos no lo reciben sólo aquellos que están a punto de morir. También pueden recibirlo los que padecen una enfermedad grave, las personas de edad avanzada que presentan limitaciones severas, aquellos que van a ser sometidos a una operación grave, enfermos graves que han perdido el conocimiento, y de quienes puede suponerse que pedirían el sacramento si pudieran, o los niños enfermos graves si comprenden lo que significa.

Por este sacramento, el enfermo recibe el don del Espíritu Santo, que le trae el consuelo, la paz interior, el ánimo para vencer las dificultades propias de la enfermedad o la vejez. Renueva en el enfermo la confianza plena en la voluntad de Dios.

La Parroquia cuenta con dos diáconos permanentes que se dedican a visitar enfermos para llevarles la comunión. Además, siempre que lo necesiten pueden recibir el sacramento de la confesión y de la unción.

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