Historia
El jueves 3 de septiembre de 1933, a las ocho de la mañana, el entonces obispo de Barcelona Mons. Manuel Irurita, bendijo un modestísimo almacén de la calle de Bailén, junto a Córcega, que con el tiempo se convertiría en la actual Iglesia Parroquial de Corpus Christi.
Aquel 1933 fue Año Santo por decisión especial de Roma debido a que se cumplía el decimonoveno centenario de nuestra Redención y de Institución de la Eucaristía. Con ese motivo se instituyeron varias parroquias en una Barcelona en constante crecimiento.
Treinta años más tarde, después de haber vaciado el templo de altares, imágenes y bancos y quemarlo todo fuera, en la calle, en los inicios de la guerra civil de 1936-1939, Mons. Gregorio Modrego nombró párroco de Corpus Christi Mn. Miquel Rubio, con el encargo de construir una nueva nave de planta, nave que fue bendecida el 27 de junio de 1965 y que constituye el actual templo.
El edificio actual de Corpus Christi cuenta con dos obras de notable mérito artístico que rivalizan entre sí en belleza y grandiosidad: el gran relieve de piedra, de un peso superior a las veinte toneladas, empotrado en el muro trasero del altar mayor, obra del escultor Tomàs Bel, y el Viacrucis esgrafiado que circunda la nave, sin solución de continuidad, debido al artista Llucià Navarro i Rodón y que, repetidamente, ha servido para ilustrar páginas y cubiertas de muchas obras literarias, margen de ser objeto de un reportaje televisado.
En la Parroquia de Corpus -donde hay un sesentenario Cuerpo de Costaleros del Santo Cristo- se desarrollan todo tipo de actividades pastorales, culturales, benéficas y recreativas, desde catequesis para niños y adultos, hasta representaciones teatrales o excursiones periódicas, pasando por la escuela de oración, Vida Creixent, el servicio de asistencia social, Cáritas parroquial, Conferencias de San Vicente de Paul y varios grupos de matrimonios.